lunes, 6 de abril de 2009

Es pues un enamorado el que habla y dice...


EXILIO: Al decidir renunciar al estado amoroso, el sujeto se ve con tristeza exiliado de su Imaginario.



La pasión amorosa es un delirio; pero el delirio no es extraño; todo el mundo habla de él, está ya domesticado. Lo que es enigmático es la pérdida del delirio: (¿se entra en qué?)

En el duelo real, el objeto amado ha dejado de existir. En el duelo amoroso, el objeto no está ni muerto ni distante. Soy yo quien decido que su imagen debe morir. Durante el tiempo de este duelo extraño, me será necesario pues sufrir dos desdichas contrarias: sufrir porque el otro esté presente (sin cesar, a pesar suyo, de herirme) y entristecerme porque esté muerto (tanto, al menos, como lo amaba).

El duelo de la imagen, si lo pierdo, me angustia; pero, si lo logro, me pone triste. Si el exilio de lo Imaginario es la vía necesaria de la "curación" debemos convenir que aquí el progreso es triste.

El ser amado debe entrar en la melancolía de su propia decadencia. Y es preciso, concurrentemente con mi propio duelo, prever y asumir esa melancolía del otro, y yo la sufro, porque lo amo todavía.

Trato de arrancarme a lo Imaginario amoroso: pero lo Imaginario arde por debajo; lo que había sido abandonado resurge; de la tumba mal cerrada retumba bruscamente un largo grito.

[Fragmentos de un discurso amoroso - Roland Barthes]

6 comentarios:

eMiLiA dijo...

Me voy. ¿Me voy?

Bueno, si me obligan...

¡Basta!

Este exilio es absolutamente necesario.
Sí.

¿Sí?

¡Adieu, mi utopía!

Espérame en Siberia dijo...

Ah, si es que cuando de exilios amorosos se trata el proceso es dolorosísimo. Pero qué maravilla de texto nos has regalado. Eso sí.

Hablando de estos temas, el otro día (en uno de mis muchos retiros emocionales/espirituales) me puse a pensar que yo me arrepiento de muchas cosas y entre ellas el haberme enamorado tan desaforadamente de alguien que no hizo ni el más mínimo intento por quererme un poquito.
Pero entendí que el proceso del desamor y desencantamiento de estos últimos cinco años me hizo crecer de tal manera que a veces ya no me encuentro en mi reflejo.
Supongo que ese es uno de los tantos "pros" que hay en eso que Barthes llama el "exilio de lo imaginario".
Así que si tú te nos exilias un tiempito, verás que habrá valido la pena.

Muchos cariñitos.

Rocío dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Rocío dijo...

el sabado termine de confirmar eso, NUNCA ME QUIZO, o si me quizo pero no tanto como yo queria que lo haga. Espero poder exiliarme y listo.
Me duele tanto lo que pasa ahora, pero seguramente voy a crecer a partir de esto y espero que algunas cosas no vuelvan a pasar, no creo estar "ENAMORADA" pero seguramente me desencante desp de un tiempo y vea tantas cosas que no quiero ver.

Un beso enorme y un abrazo de esos gigantes que te estrujan el alma :) cuidate emi

GoodOldLeon dijo...

Que razon eh... es verdad, bueno como todo proceso humano, tiene que suceder de adentro hacia afuera.
No hay que negarse a la tristeza a la melancolia... para curarse por completo, hay que estar bien predispuesto a sentirse miserable, con todas las letras... es la unica forma de hacer el famoso duelo, al fin y al cabo... let go, let go slowly...

Un beso grande emilia

Rocío dijo...

es un tema MUY lindo ese de serrano, la letra me gusta MUCHO. un beso enorme emilia y me gusta tanto poder leerte