lunes, 27 de abril de 2009

Conversemos



- A veces creo que entre los dos hay una especie de pared.
- ¿Una pared?
- Sí, una pared. Como un muro confeccionado de ladrillos de equívocos. Es decir, nos hemos encontrado por años en horas poco amables. Vos no sé si sabés, pero la noche… debilita los corazones, y no es precisamente el mejor momento para la sinceridad. Entonces, después de, no sé, siglos de conocernos. Perdón, de saber de la existencia de uno y otro. Creo haber caído en la cuenta que en realidad, no hemos hecho más que vendernos simulacros.
- No entiendo qué querés decir.
- No me extraña. Mirá, vos dijiste alguna vez que me podías leer.
- ¿Cuándo?
- Una de las tantas noches que le dimos un guión a estos encuentros vanos y carentes de sentido; vos dijiste que podías leerme. Obvio que cuando te pedí una lectura, no sólo ni lo intentaste sino que habías olvidado hasta el alfabeto. Pero bueno, eso al margen. Lo que quiero decir, de una forma muy poco clara, es que hemos errado al errar por los bares de turno e intoxicarnos de plagiados besos, porque en última instancia, fuimos impulsados por el temor a no ser, a haber configurado tan bien nuestras existencias desde los primeros rumores de vida, que de negarnos, de elidir toda corporización, estaríamos vedando una etapa de la existencia, digamos basal, de cada uno. ¿Se entiende a lo que quiero llegar?
- La verdad, no mucho. Igual, ¿por qué siempre terminamos hablando de nosotros?
- Hmm, no sé. ¿Por qué será? ¿Quizá por mi naturaleza que gusta de las iteraciones? ¿O vos no te hartás de oírme decir lo mismo todo el no – tiempo de coincidencia?
- A veces me das miedo. No sé.
- Si, a veces yo también me doy miedo.

sábado, 25 de abril de 2009

Avanzando

A TIENTAS
Se retrocede con seguridad
pero se avanza a tientas
uno adelanta manos como un ciego
ciego imprudente por añadidura
pero lo absurdo es que no es ciego
y distingue el relámpago la lluvia
los rostros insepultos la ceniza
la sonrisa del necio las afrentas
un barrunto de pena en el espejo
la baranda oxidada con sus pájaros
la opaca incertidumbre de los otros
enfrentada a la propia incertidumbre
se avanza a tientas / lentamente
por lo común a contramano
de los convictos y confesos
en búsqueda tal vez
de amores residuales
que sirvan de consuelo y recompensa
o iluminen un pozo de nostalgias
se avanza a tientas/ vacilante
no importan la distancia ni el horario
ni que el futuro sea una vislumbre
o una pasión deshabitada
a tientas hasta que una noche
se queda uno sin cómplices ni tacto
y a ciegas otra vez y para siempre
se introduce en un túnel o destino
que no se sabe dónde acaba.
[Mario Benedetti]

miércoles, 22 de abril de 2009

MANUAL DE INSTRUCCIONES (Tomo I)


INSTRUCCIONES PARA SUBIR UNA ESCALERA


Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se situó un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso. Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie). Llegando en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.


[Julio Cortázar]






{Foto: Colonia, Uruguay - Enero 09}

lunes, 20 de abril de 2009

Lunes

EL AMOR DIFÍCIL

Quizá tú no me viste,
quizá nadie me viese tan perdido,
tan frío en esta esquina. Pero el viento
pensó que yo era piedra
y quiso con mi cuerpo deshacerse.
Si pudiera encontrarte,
quizá, si te encontrase, yo sabría
explicarme contigo.
Pero bares abiertos y cerrados,
calles de noche y día,
estaciones sin público,
barrios enteros con su gente, luces,
teléfonos, pasillos y esta esquina,
nada saben de ti.
Y cuando el viento quiere destruirse
me busca por la puerta de tu casa.
Yo le repito al viento
que si al fin te encontrase,
que si tú aparecieses,
yo sabría
explicarme contigo.
.
.
[Luis García Montero]

jueves, 16 de abril de 2009

MeRiEnDa




El ritual de la merienda incluye necesariamente dos ítems: los movimientos mecánicos y un amante de turno.
Los datos más o menos son como sigue: ella a la espera del último rumor del sol, se dirige a la cocina y prepara las tostadas en la hornalla grande y el capuccino en la hornalla media (nunca encontró utilidad a la más chica, ni siquiera para un huevo pasado por agua).
Posa, luego, el individual sobre la mesa y acerca la manteca y el cuchillo a la espera de lo demás que se pone a punto en el fuego. Ameniza el ritual con la música adecuada: “estoy buscando una palabra en el umbral de tu misterio…”. Y concluida la preparación, se sienta en actitud de sacerdotisa paciente atendiendo intensamente a su propio interior. Detiene en parca caricia, cada dedo en cada letra, C O F F E E, y el pulgar, siempre solidario, abarca las dos retraídas vocales.
La espuma desaparece demasiado pronto y la obliga a pensar que nunca será capaz de preparar un café como Dios manda (o como ella, simple mortal, ha bebido en los locales a tal fin)
Mira dentro de la taza, buscando el oráculo certero que le marque los pasos a seguir, que le augure el fin de las conversaciones con la silla próxima, librándola de su etiqueta de broma solitaria.
A partir de allí, lo usual. El gesto adusto en cada sorbo, la atención insistentemente puesta en el sonido de los dientes que entrechocan al masticar, la canción que gira en el reproductor y que acompaña con voz queda en cada pausa de la nutrición: “…¿quién fuera el batiscafo de tu abismo?...” . Sonríe, casi como trayendo esa mueca de algún rincón olvidado, y entona: ¿Quién fuera el batiscafo de MI abismo?, ¿quién fuera explorador?...





lunes, 13 de abril de 2009

Durmiente, a veces bella


La Bella Durmiente cierra los ojos pero no duerme. Está esperando al príncipe. Y cuando lo oye acercarse, simula un sueño todavía más profundo. Nadie se lo ha dicho, pero ella lo sabe. Sabe que ningún príncipe pasa junto a una mujer que tenga los ojos bien abiertos.
[Marco Denevi]

sábado, 11 de abril de 2009

¡Sonríe!





Smile
Smile, though your heart is aching

Smile, even though it’s breaking
When there are clouds in the sky
you’ll get by
If you smile through your fear and sorrow
Smile and maybe tomorrow
You’ll see the sun come shining through
for you
Light up your face with gladness

Hide every trace of sadness
Although a tear may be ever so near
That’s the time you must keep on trying
Smile what’s the use of crying
You’ll find that life is still worthwhile
If you’ll just
Smile



jueves, 9 de abril de 2009

Sensible


"La mayoría de las personas cuando tienen una aventura o una relación larga y rompen, la olvidan, pasan a otra cosa y la olvidan como si nada hubiera pasado. Yo jamás olvido a alguien con quien he compartido algo, porque cada persona tiene sus cualidades propias, no se puede reemplazar a nadie, lo que se pierde, se pierde. Cada vez que acabo una relación me afecta muchísimo, jamás me recupero del todo, por eso pongo mucho cuidado en las relaciones porque me duelen demasiado, aunque sea el rollo de una noche...no suelo tenerlos porque echaría de menos las cualidades propias de esa persona, me fijo en los pequeños detalles".
[Palabra de Cèline en Antes del atardecer]

lunes, 6 de abril de 2009

Es pues un enamorado el que habla y dice...


EXILIO: Al decidir renunciar al estado amoroso, el sujeto se ve con tristeza exiliado de su Imaginario.



La pasión amorosa es un delirio; pero el delirio no es extraño; todo el mundo habla de él, está ya domesticado. Lo que es enigmático es la pérdida del delirio: (¿se entra en qué?)

En el duelo real, el objeto amado ha dejado de existir. En el duelo amoroso, el objeto no está ni muerto ni distante. Soy yo quien decido que su imagen debe morir. Durante el tiempo de este duelo extraño, me será necesario pues sufrir dos desdichas contrarias: sufrir porque el otro esté presente (sin cesar, a pesar suyo, de herirme) y entristecerme porque esté muerto (tanto, al menos, como lo amaba).

El duelo de la imagen, si lo pierdo, me angustia; pero, si lo logro, me pone triste. Si el exilio de lo Imaginario es la vía necesaria de la "curación" debemos convenir que aquí el progreso es triste.

El ser amado debe entrar en la melancolía de su propia decadencia. Y es preciso, concurrentemente con mi propio duelo, prever y asumir esa melancolía del otro, y yo la sufro, porque lo amo todavía.

Trato de arrancarme a lo Imaginario amoroso: pero lo Imaginario arde por debajo; lo que había sido abandonado resurge; de la tumba mal cerrada retumba bruscamente un largo grito.

[Fragmentos de un discurso amoroso - Roland Barthes]

sábado, 4 de abril de 2009

La vida es más compleja de lo que parece...

El velo semitransparente
del desasosiego
un día se vino a instalar
entre el mundo y mis ojos...
Yo estaba empeñado en no ver
lo que ví
, pero a veces

la vida es más compleja de
lo que parece...

Pensaste que me iba a quebrar
y subiste tu apuesta,
me hiciste sentir el sabor
de mi propia cocina...

Volví a creer que se tiene
lo que se merece,

la vida es más compleja de
lo que parece...

Todas las versiones
encuentran sitio en mi mesa...
Todas mis canciones
por una sola certeza.

No quiero que lleves de mi
nada que no te marque.
El tiempo dirá si al final
nos valió lo dolido...


Perderme, por lo que yo ví
te rejuvenece,


la vida es más compleja de
lo que parece...

Mejor, o peor, cada cual
seguirá su camino...
Cuánto te quise, quizás,
seguirás sin saberlo...

Lo que dolería por siempre,
ya se desvanece,


la vida es más compleja de
lo que parece...










Complejizando lo que debería ser simple. No te quiso. Punto.