martes, 30 de diciembre de 2008

¡FELIZ 2009!


ADIÓS 2008.

Gracias días de mujer despierta.
Gracias
Ismael
y tu abrazo incendiando mi aurora.
Gracias manos próximas:
gracias grupo sur y grupo norte.
Gracias Nat por conformar el natdem.
Gracias NTVG por las cervezas y
la buena onda.
(Gracias Denis por la corona con limón.)
Gracias H. por la mirada del adiós.
Gracias por espantar mis sueños de infancia.
Gracias exorcismos y reencarnaciones.
Gracias y hasta nunca profanadora de olvidos.
Gracias segundos experimentos humanos (blancas palomillas)
y certezas de permanencia.
Gracias pasillos protectores.
Gracias formadores de libertades y sonrisas.
Gracias Marcelo por ser culpable de mi profesión.
Gracias libros en papel y libros en pantalla.
Gracias “fotocopiadero” por las miradas de perro desvalido
y los sueños perturbadores.
Gracias asistencias por la eterna compañía.
Gracias por los caminos allanados y el título en mano.
Gracias presencias extraordinarias y
sus cataclismos con caricias de madre.
Gracias estrellas polares y
soldados.
Gracias por ser yo a
través de todo esto y
perseverar
conmigo.
Muchas gracias por todo. Muchas gracias. María Emilia, agradecida.


HOLA 2009... ¿Brindamos?
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GRATITUD
Gracias aroma
azul,
fogata
encelo.
Gracias pelo
caballo mandarino.
Gracias pudor
turquesa
embrujo
vela,
llamarada
quietud
azar
delirio.
Gracias a los racimos
a la tarde,
a la sed
al fervor
a las arrugas,
al silencio
a los senos
a la noche,
a la danza
a la lumbre
a la espesura.
Muchas gracias al humo
a los microbios,
al despertar
al cuerno
a la belleza,
a la esponja
a la duda
a la semilla
a la sangre
a los toros a la siesta.
Gracias por la ebriedad,
por la vagancia,
por el aire
la piel
las alamedas,
por el absurdo de hoy
y de mañana,
desazón
avidez
calma
alegría,
nostalgia
desamor
ceniza
llanto.
Gracias a lo que nace,
a lo que muere,
a las uñas
las alas
las hormigas,
los reflejos
el viento
la rompiente,
el olvido
los granos
la locura.
Muchas gracias gusano.
Gracias huevo.
Gracias fango,
sonido.
Gracias piedra.
Muchas gracias por todo.
Muchas gracias.
Oliverio Girondo,
agradecido.

viernes, 26 de diciembre de 2008

Si pudiese desmontar el burdo teatro de tu inexistencia...


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Elegía cuarta (Fragmento)

[...] "Yo no quiero estas máscaras a medio llenar,
mejor la marioneta. Está llena. Yo quiero
sostener el muñeco y los hilos del alambre,
su apariencia de rostro. Aquí. Ya estoy delante.
Y aunque las luces se apaguen, incluso
si alguien me dice: "No más" ... Aunque del escenario
llegue el vacío con la corriente del aire gris,
aunque ninguno de mis silenciosos antepasados
se siente aquí conmigo, ni ninguna mujer, ni siquiera
el muchacho de pardos ojos bizcos:
yo, no obstante, me quedo. Siempre hay algo que ver."

[Elegías de Duino - Rainer María Rilke]

lunes, 22 de diciembre de 2008

Sueño manipulador - debo hacerte caso -

Anoche o quizá esta mañana - así de confuso es el camino que me lleva a otra piel, que distorsiona el tacto de huellas conocidas - me descubrí al resguardo de ignotos labios, superficie no explorada.
¿Qué es este impulso que me arroja hacia allá? ¿Esto es el deseo?
Querer vulnerar otro espacio, palpar otra piel. Fundirme, consumirme, extinguirme, destruirme, escindirme al mandato de ese cuerpo.
Prometí obediencia. ¿Acaso vale la palabra empeñada en las fronteras de lo onírico? Si pudiera obsequiar promesas en el plano de lo real...
¿Es vigilia ésta de ojos abiertos? Entonces, por qué me descubro así con los sentidos erizados; llena, hastiada de vos. Sí, vos, el que todo lo ignora: el sueño, mi sueño, tu irrupción abrupta, mis tercos brazos, tu sabor...



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DESNUDO EN SOMBRA

Volverse a enamorar.
Besar una piel que sabe distinto,
no encontrar puntos de referencia
que indiquen el momento justo,
la caricia perfecta,
la mano compañera.
Retornar a un cuerpo nuevo
sin los huecos del anterior,
no poder palpar una nuca excitada,
una espalda con escalofríos conocidos.
Qué pobre se queda el intento de amar igual a la primera vez.
Cómo pesa una boca tan sabida,
tan llena de humo compartido
ante la desconocida tan poco explorada, tan miedosa.
Cuánto cuesta abandonarte, lavarme de tu olor,
quitarme las huellas de tu peso,
desdoblarme en otra Almudena
y comenzar a hacer mía una figura
de la calle que me asusta y que ¿quiero?
poseer, pero... tú, ahí estás tú,
traspasando con tu desnudo mi sombra,
consolándome pesaroso de mi dolor al terminar,
tu sonrisa y tu cigarrillo,
ese brazo moreno rodeando mi cintura
y llevándome a un lecho desordenado...

y tus manos de violinista
volando y enredándose en mis senos.

[Almudena Guzmán]

viernes, 19 de diciembre de 2008

DESPUÉS
Y ahora se inicia
la pequeña vida
del sobreviviente de la catástrofe del amor:
Hola, perros pequeños,
hola, vagabundos,
hola, autobuses y transeúntes.
Soy una niña de pecho
acabo de nacer
del terrible parto del amor.
Ya no amo.
Ahora puedo ejercer en el mundo
inscribirme en él
soy una pieza más del engranaje.
Ya no estoy loca.
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[Cristina Peri Rossi]

martes, 16 de diciembre de 2008

¡Edición extra!


La historia es más o menos así…
A los cuatro años ingreso al jardín de infantes y empiezo a dibujar formas más concretas y a jugar a que soy grande, configurando de ese modo los roles que años después iba a evitar.
A los seis y tan rápido como un viaje en tobogán, caigo en medio de la escuela primaria donde mis letras son orientadas en filita obediente sobre renglones grises y mis números se rebelan con la misma insubordinación de hoy en día.
A los doce años con mis primeras hojas estudiadas como si fueran una enorme enciclopedia y con un par de lecturas de contados libros, tropiezo con la escuela secundaria y agrego a los antiguos papeles, no sé, cinco hojas más…
Cuando la secundaria concluye y ya moldeada de tal manera que era imposible librarme del resguardo de las instituciones educativas, me arrojo de lleno en la universidad y ahí empiezo a padecer el pavor del estudio verdadero. Apuntes kilométricos y extensas sesiones de contabilidad y matemática (¡paradoja a posteriori!) me mostraron sus deslucidas galas y me convencieron de dejar de fingir:
¡Fuera de acá que esto no es para vos!
Así, a los veintitrés años y sapiente de lo que verdaderamente quería de mí – al fin – huí rauda a los brazos amables del profesorado de lengua y literatura.
¡Ah, qué placenteros momentos! ¡Qué deliciosas horas, acompañada de clásicos literarios!
Tolstoi, Dostoievski, Dante, Cervantes, Shakespeare, Borges, Dumas, y otros de cuyos nombres no es preciso acordarse, me impulsaron con pasmosa velocidad a este día de hoy.

¡Extra! ¡Extra! Gritan los diarios tardíos. Hoy, 16 de diciembre de 2008. Yo, Emilia,
¡¡ya no soy más una estudiante!!
Tantos años, tantas lecturas, tantos errores y sus posteriores remiendos para desprenderme de la comodidad que significa ser alumno, y pasar a ser docente.
Soy docente. Soy profesora de lengua y literatura. Ya tengo el título. Ya no debo estudiar más para esta carrera… ya no debo… ya no…


¿Y ahora?



La vida real,
supongo.

viernes, 12 de diciembre de 2008


"El mundo se derrumba y gira,
pido disculpas por vivir"
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Días donde la realidad cede paso a lo importante. Un día común.
"El mundo es una pesadilla y yo he sido tan feliz"
¿Cómo determinar lo trascendente?
Mi yo egotista dice ¡al carajo!, y me deja disfrutar de los pequeños placeres que me rondan.
Ni sueñes con desaprovechar este momento, agrega, ya volverán los tiempos de crueles certezas...
¡Araca corazón! La vida te está mostrando su buena cara.
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lunes, 8 de diciembre de 2008

¡Ay, Silvio!

Es preciso escoger cuidadosamente la banda sonora de nuestros días.
Esta mañana ya frente al espejo que rudamente me enfrenta a quien no soy, empecé a escuchar una musiquita conocida. Uff, Silvio - pensé - y a partir de ese instante mi humor cambió considerablemente.
No es que me desagrade Silvio, por favor, no quiero malinterpretaciones. Es que lo odio irremediablemente cuando se empeña en cantarme. Es decir, cuando cada frase suya me toca de lleno, como una bala destinada.
Así, he soportado estoicamente estas horas al son de su temblorosa voz.
Espero ansiosa el mañana ya que, precavida, arrojé al cesto la discografía lacerante.
¡Por Dios, que no son tiempos para tristezas!


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DERECHO HUMANO

Pido que no me miren bien,
pido que no me miren mal.
No me miren que no estoy.
Yo pido, pues, que no me admiren
yo pido, pues, que no me sigan,
que sólo estoy cantando un poco por cantar.
Pido una noche bien sencilla.
Pido una noche bien humilde para mí.
Pido una noche
bien pequeña para estar solo.
¿Quién me lo iba a decir
cuando buscaba junto al mar
caracoles de dolor?
Si me llegan a conocer
por aquel tiempo, ay de mí:
hubiera sido hazmerreír y no yo.
Y todo es culpa de mis manos
—no han visto de cerca mis manos aún—:
son de metal
duro y blando, como yo.
¿Quién quiere hoy venirme a ver,
quién quiere sentirme dormir?
¿Quién me quiere conocer?
¿Quién me va a decir que me conoce
y pondrá sus manos al fuego
para quemarse hasta el recuerdo?
¿Quién quiere feria con desastre?
¿Quién quiere un beso del recelo?
¿Quién quiere más
y me deja luego en paz, ya?
¿Qué esperan del hombre inferior,
qué esperan del hombre común
que no sabe del amor?
Si sólo somos espejismos,
resumen en efervescencia,
besos prohibidos a la puerta del sol.
¿Qué esperan, pues, de una sombrilla
con colores de pesadilla?
Fuera de mí
y no miren para atrás jamás.
Fuera de aquí
y no miren para mí jamás.


[Silvio Rodriguez]

jueves, 4 de diciembre de 2008

al olvido olvídalo, al olvido invito yo...

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Memoria y olvido. Olvido y memoria. Dialéctica atroz en la que levito cual posesa.¿Es sacrílego olvidar? ¿Es insano buscar resquicios de recuerdo? ¿Darse de topes como la peor mosca contra ese póster technicolor que está ajado de hastío?
Hoy olvido. Hoy ya no me basta. Hoy es el día de la novel crisálida.


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MUERTE EN EL OLVIDO
Yo sé que existo

porque tu me imaginas.
Soy alto porque tu me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita...

[Ángel Gonzalez]

martes, 2 de diciembre de 2008

de nuevo quedo mirando el mar



PLEAMAR

Nada ansío de nada,

mientras dura el instante de eternidad que es todo,

cuando no quiero nada.


[Oliverio Girondo]