lunes, 17 de noviembre de 2008


Estoy rodeada. Palabras y más palabras por todos lados.
Palabras que se adaptan al oído de la dama y a la ignorancia del caballero.
Palabras que me rehuyen espantadas y que me impiden terminar (o empezar en ciertos casos) los escritos que debo entregar esta semana.
Palabras en pequeñas listas de papeles de colores donde hago memoria de las compras y las obligaciones.
Palabras que dije a montones y que nunca escuchó. Palabras que nunca dije pero que se las prefiguró.
Palabras que nunca diré. Ni escribiré.

Verdad de postrimería de domingo dicha por amiga - paciente receptora de dolidas palabras -:
Creo que adolecés de poesía.


Y es verdad.

Pero no duele. Y me conduce a descubrir poetas como Concha García quien escribió esto:




:::


VARIACIONES

Hemos conocido vicisitudes de doble filo
aguas donde bañarse era imposible
tiempos de amor con un fondo blanco
y una ternura por mirarlo todo
que nos daba respuestas equivocadas
por eso me dirijo a ti. La mujer
que hoy piensa y siente a la vez
parece perturbada por la situación
y resbala entre recuerdos donde el amor
era la invención sublime de ser dos.
Pero no todo pasa. Me hinco en mi cama y soy una
con la conciencia escindida, con la virtud
de quererme marear involucrada
en sensaciones que no transpiran
porque te necesitaría para sudar,
y como estoy sola lo canto
porque siempre hubo un tiempo
y habrá más tiempos ya sin dolor
sin esperar que un faro de coche
alumbre la esquina donde fijo la mirada.
Me siento agotada, como si la sensación
de ser yo misma me golpease
en un centro conocido pero ignorado.


:::



4 comentarios:

g. dijo...

A cuantas personas le pasa lo mismo.

Y Suerte en todo lo que tenes que entregar.
Tenes lindas formas de expresarte, cada vez que te leo me gusta más.

No lo conocía a Concha García; y me gustó.

Suerte en todos los TPs.
Si es que son eso.
Saludos.

Sole dijo...

Palabras que se adaptan al oído de la dama y a la ignorancia del caballero.


buena frase para salir a publicar, seguro tendra exito

beso

David Cotos dijo...

bonito.

Anónimo dijo...

Las palabras nos marcan, casi siempre, a fuego.

Abrazos