domingo, 24 de julio de 2011

Que cada cosa cruel sea tú que vuelves...


"Cuando la luz se acabe

sabré que son las nueve

estiraré la colcha

me pondré el traje negro

y me pasaré el peine.

Iré a cenar

es claro.

Pero en algún momento

me volveré a este cuarto

me tiraré en la cama

y entonces tu recuerdo

qué digo

mi deseo de verte

que me mires

tu presencia de hombre que me falta en la vida

se pondrán

como ahora te pones en la tarde

que ya es la noche

a ser

la sola única cosa

que me importa en el mundo."

17 comentarios:

eMiLiA dijo...

Idea Vilariño

.:.

Presentirte. Saberte cerca, próximo (no prójimo) y maldecirte. Preguntarme por qué este don adivinatorio cuando la ciudad que abandonaste te recibe y te ampara. Creer en el hilo invisible (¿eterno?) y maldecirme por romántica, idiota y crédula. Adolecer de poesía y rendirme... no querer (poder) pronunciar (escribir) el pensamiento final.

Casi son las nueve. Voy a cenar.

Lila Biscia dijo...

creo (no, no, lo se) que esta, de todas las entradas, es la que más hago mía (si me dejas)

"tu presencia de hombre que me falta en la vida"

(la semana pasada me compre un libro de idea, a quien admiro profundisimamente, y la voy leyendo de a poco, para no terminarla nunca...)

besos en la puta melancolía del domingo...

L.

Ale dijo...

Cómo me cautivó esa película...

Darthpitufina dijo...

Presentir a veces es un don, otras, una maldición. Por ejemplo, cuando sientes en tus entrañas que la otra persona está pensando en ti, pero hay una distancia de años y países insalvable. Lo mejor que se puede hacer es, sin duda, irse a cenar.

Me fascina esta entrada.
Te dejo sugus y un besote enorme!

Noelia Palma dijo...

uyyyyyyyyy esta entrada Emilia...
que terrible me deja

Jordi Guerola dijo...

Entrada perfecta para un día más triste que el resto de los días tristes. (me encantó).
Abrazos perdidos.

Espérame en Siberia dijo...

Hoy, porque se me da la gana, elijo ponerme triste con este poema. Porque para eso es, ¿no? La felicidad, la paz, la virtud, son imposibles sin el reconocimiento del sufrimiento, del dolor, de todas esas cosas que nos recuerdan -irremediablemente- que estamos vivos.

Ah, en fin. Te quiero Emilia. Voy a comer.

Araceli Correa Ford dijo...

me encantoooooo

Francisco Álvarez dijo...

Es una imagen Maravillosa.
En este momento en que te escribo,
acá llueve, me dieron ganas de ir a cenar, y encontrarme con algun recuerdo escondido.

Un beso.

Eve dijo...

Emilia me encanto tu entrada, que buenisimo texto. un besito que tengas una linda semana.
cariños!

Peregrina dijo...

Ay por Dios... por qué tenía que leerla justo ahora... si ya me sentía gris... caramba, las cosas que se ponen enfrente cuando ... cuando duele tanto... Gracias.

Gustavo Pettini dijo...

y hay una melancólica tristeza dando vueltas, que nos moja como la lluvia de tiempos ausentes...

A veces sucede, y por suerte pasa, y el sol brilla, justo a la vuelta de la esquina y nos deja parados con los brazos abiertos..

Un beso grande.

Eve dijo...

Querida Emilia tengo una sopresita para ti en mi blog.
besitos

José A. García dijo...

Muy floja esa película, esperaba algo más ''impactante'' y no fue así.

En fin, cuestiones de la vida

Saludos

J.

jiim dijo...

"Que cada cosa cruel sea tú que vuelves..."

Uf, cuantos recuerdos se arremolinan en mi cabeza después de este texto...

Perdón el abandono, siempre es un placer volver a leerla, Srta! :)

Salud!

Esilleviana dijo...

También pido excusas por la tardanza, pero regresar a tu blog, empaparme con las palabras que nos regalas es una maravilla... si, no soy muy original...

Idea Vilariño, es sencillamente genial.

Te estoy llamando
amor
como al destino
como al sueño
a la paz
te estoy llamando
con la voz
con el cuerpo
con la vida
con todo lo que tengo
y que no tengo
con desesperación
con sed
con llanto
como si fueras aire
y yo me ahogara
como si fueras luz
y me muriera.

Gracias por tus propuestas.

un abrazo

Dayán Lorank dijo...

¡Yo no he visto esa película! :(

La quiero ver, la quiero ver...