lunes, 12 de enero de 2009

Cuerpo ausente


Me compré una agenda. Esto no tendría nada de extraordinario a no ser porque nunca - jamás - supe llevar una agenda. Veremos qué sucede con esta y veremos también si logro dilucidar el por qué de esa compra (hoy) inútil...
Ahora bien, esto lo traigo a colación porque dentro de la misma, entre las fechas, tablas de mediciones inservibles e índices telefónicos, tiene frases sueltas. Una de ellas dice:

"Un corazón es tal vez algo sucio. Pertenece a las tablas de anatomía y al mostrador del carnicero. Yo prefiero tu cuerpo."
[Marguerite Yourcenar]

Después de leer esas líneas, mi mente empeñada en trabajar siempre por asociación (ilícita) me llevó a ESE cuerpo: el cuerpo ausente.
Empecé entonces un largo trecho a lo largo y ancho de todas sus líneas y recovecos. Agotada de reminiscencia alejé bruscamente toda imagen, todo aroma, todo sabor.
Creí estar a salvo de mí y de mi memoria, cuando horas después tomo a Barthes en mis manos y leo:

"CUERPO. Todo pensamiento, toda emoción, todo interés suscitados en el sujeto amoroso por el cuerpo amado.

2. A veces una idea se apodera de mí: me pongo a escrutar largamente el cuerpo amado. Escrutar quiere decir explorar: exploro el cuerpo del otro como si quisiera ver lo que tiene dentro, como si la causa mecánica de mi deseo estuviera en el cuerpo adverso (soy parecido a esos chiquillos que desmontan un despertador para saber qué es el tiempo). esta operación se realiza de una manera fría y asombrada; estoy calmo, atento, como si me encontraran ante un insecto extraño del que bruscamente ya no tengo miedo. Algunas partes del cuerpo son particularmente apropiadas para esta observación: las pestañas, las uñas, el nacimiento de los cabellos, los objetos muy parciales. Es evidente que estoy entonces en via de fetichizar a un muerto. La prueba de ello es que, si el cuerpo que yo escruto sale de su inercia, si se pone a hacer algo, mi deseo cambia; si, por ejemplo, veo al otro pensar, mi deseo cesa de ser preverso, vuelve a hacerse imaginario, y regreso a una Imagen, a un Todo: una vez más, amo."

[Roland Barthes - Fragmentos de un discurso amoroso]


Creyendo estar a salvo, termino siendo víctima de mis propias e indeclinables costumbres lectoras.

2 comentarios:

g. dijo...

el cuerpo ausente... ¡Vamos! no es necesario una cita para llegar ahí; uno llega a veces sólo con ver una gota en un día de sol. ¿no?

Y sí... Repito, la lecturas nos hacen pensar... Pero uno, yo creo, busca las lecturas sobre lo que quiere pensar.
Vos en eso.

¿Estoy muy equivocado, Emilia?

Pablo Ballesteros dijo...

es verdad que uno busca las lecturas sobre las que quiere pensar.
Está bien esa lectura que buscas. A mi también me ha cautivado.
ire a buscar el cuerpo