lunes, 21 de diciembre de 2009

Balance elegíaco





[...]

"Si en cierta altura
hubiese girado para la izquierda en vez de para la derecha;
si en cierto momento
hubiese dicho sí en vez de no, o no en vez de sí;
si en cierta conversación
hubiese tenido las frases que sólo ahora, en la somnolencia elaboro;
si todo eso hubiese sido así,
sería otro hoy, y tal vez el universo entero
sería insensiblemente llevado a ser otro también.
Pero no giré para el lado irreparablemente perdido,
no giré ni pensé en girar, y sólo ahora lo percibo;
pero no dije no o no dije sí, y sólo ahora veo lo que no dije;
pero las frases que faltaron decir en ese momento me surgen todas,
claras, inevitables, naturales,
la conversación cerrada concluyentemente,
la materia toda resuelta...
Pero sólo ahora lo que nunca fue, ni será para atrás, me duele."
[...]

[Fernando Pessoa]

9 comentarios:

eMiLiA dijo...

Definitivamente existe un regodeo en la melancolía.
No falla nunca, llegan los últimos días del año y uno se pone demasiado meditabundo cayendo en cuestiones que no deberían siquiera contemplarse.
Ya te estás yendo 2009 y no hay nada de lo pendiente que pueda o deba tratar con vos!

Rocío dijo...

que lindo, nunca lo habia leido. Un beso enorme Emi :)

Noelplebeyo dijo...

Mejor así. Además lo pendiente puede ser también del 2010

Besos

mig dijo...

OOOOOOOOOO Pessoa!

Espérame en Siberia dijo...

Yo tengo que confesarte que el 2009 empezó FATAL. Y ha venido terminando con el pie derecho, eso que ni qué.
Pero en cuanto al hermosísimo texto que hoy publicas, creo que todo lo que no hacemos o decidimos no elegir se va al antitiempo.
Porque si hay antimateria, hay también un antitiempo, ¿no crees?

Muchos besos.

Un mar que fue dijo...

precioso lo de pessoa... hermoso...

mig dijo...

te fuiste sin saludar che!

Eclipse dijo...

oh sí! qué cierto!
y la ucronía, siempre ahí...

Anónimo dijo...

La redondez del ombligo hizo que mis dedos teclearan sobre tu nombre y tu blog se abriera con una sonrisa.

El pensamiento de Pessoa es lírico y tiene una carga de duda sobre la vida. Prefiero eso que la afirmación de la certeza del acierto, que es más habitual oir, o leer. De todos los caminos escogemos unos y por ahí se va construyendo la arquitectura de lo concreto. Las conjeturas son humo con el que juega el viento, pero que nosotros no podemos manejar.

Corre cuesta abajo el calendario y de nuevo naceremos de cero cuando el año empiece. Déjame mirar de nuevo ese ombligo que es la simbología de todos los nacimientos y donde querría reposar el tiempo de cada pensamiento.