La menuda niña se oculta en el viento.
Poco a poco se le fueron borrando las palabras.
Mira ceñuda a aquel rostro que pasa:
¿qué agregar, desesperada?
[Es tan triste ya no poder pedir.
Es tan cierto saber que no hay.]
La menuda mujer se pregunta:
¿quién pasará mañana...?
10 comentarios:
Miss X, sí, la menuda Miss Equis,
llegó, por fin, a mi esperanza:
alrededor de sus ojos,
breve, infinita, sin saber nada.
Es ágil y limpia como el viento
tierno de la madrugada,
alegre y suave y honda
como la yerba bajo el agua.
Se pone triste a veces
con esa tristeza mural que en su cara
hace ídolos rápidos
y dibuja preocupados fantasmas.
Yo creo que es como una niña
preguntándole cosas a una anciana,
como un burrito atolondrado
entrando a una ciudad, lleno de paja.
Tiene también una mujer madura
que le asusta de pronto la mirada
y se le mueve dentro y le deshace
a mordidas de llanto las entrañas.
Miss X, sí, la que me ríe
y no quiere decir cómo se llama,
me ha dicho ahora, de pie sobre su sombra,
que me ama pero que no me ama.
Yo la dejo que mueva la cabeza
diciendo no y no, que así se cansa,
y mi beso en su mano le germina
bajo la piel en paz semilla de alas.
Ayer la luz estuvo
todo el día mojada,
y Miss X salió con una capa
sobre sus hombros, leve, enamorada.
Nunca ha sido tan niña, nunca
amante en el tiempo tan amada.
El pelo le cayó sobre la frente,
sobre sus ojos, mi alma.
La tomé de la mano, y anduvimos
toda la tarde de agua.
¡Ah, Miss X, Miss X, escondida
flor del alba!
Usted no la amará, señor, no sabe.
Yo la veré mañana.
[Jaime Sabines]
Me encantó el poema, realmente.
Besos
Lo tenía abandonado a don Jaime pero ahora lo estoy convocando seguido...
Miss equis me hizo llorar ): Ultimamente ando muy llorona. Jajaja. Yo tamb espero que el make up funcione :) Un beso enorme bonita.
Sabines era un gigante. De esos que ya no hay, Emilia. Qué bueno que lo estés leyendo tanto últimamente.
Cantinflear viene de Cantinflas. Un cómico mexicanos (muchos dicen que el mejor que hemos tenido) de nuestro Cine de Oro. Y bueno, pasa que cuando le tocaba hablar decía todo, sin llegar a nada. Pero causó mucho impacto no porque él fuera quien creara dicha manera de hablar, sino porque representaba al mexicano promedio de aquellos días (estamos hablando de los años 30's o 40's) y la verdad es que era divertidísimo ver cómo se enredaba y desenredaba solito.
Un abrazo inmenso, ya sabes :)
Jajajaja, bueno. Me da gusto que sí conozcas a Cantinflas, Emilia.
¡Ya no puedo esperar a coincidir en el messenger!
=D
Muá.
Qué lindo poema!!!!
Yo estoy leyendo su antología poética, y me está encantando!!!!!
P.S: Querida Emilia, Rubén es venezolano!
Él había desaparecido por un tiempo y ha vuelto por estos días, por eso cuando te dejé el último comentario, te he dicho que Javier era más de lo que yo imaginaba, porque estaba/estoy en un momento muy especial con él. Y lo que más me jode es eso, yo no tengo una historia con ningún de los dos, lo que tengo son momentos!... Uno me ha pedido que le espere (Rubén), otro me quiere ya (Javier), y yo me quedo en este juego, pero yo sé que ya he elegido, sólo tengo miedo de admitir, de equivocarme.
Un beso.
Ah, te pregunto yo ahora: ¿de dónde eres?
"Siempre terminamos llegando a donde nos esperan" ¡Eso lo dijo Saramago! :)
Y sí, Emilia, cambiar de vecindario nunca estará de más. A veces es bueno irse de la vida del otro, y no tanto al revés.
Muá.
Pasará la lluvia y las estrellas, las tardes de sol, las caricias, y los abrazos.
Y volverán los sueños...
Hay momentos en los que hay que tener a mano a Sabines.
Un beso
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