Siempre me atrajo la idea del manotazo de ahogado. Tanta agua en derredor, tanta torpe vigilia burbujeante en ese perpetuo pozo, tanta asfixia. Y luego, el acto reflejo, el instinto de salvación, la resistencia quizás. Y la mano extendida... que vuelve a caer.
La mano se extiende,
pero a mitad de camino
la detiene una imagen.
Y se marcha entonces con ella,
no para poseerla
sino tan sólo para entrar en su juego.
La mano ha comenzado a enamorarse en el camino
y así la posesión y el don se le escapan.
La mano ha cambiado su destino
por un vuelo que no es el vuelo del pájaro,
sino un abandono a las mareas que no tienen costa
o a los desequilibrios de una sabiduría diferente.
La mano ha renunciado a su objeto
y ha adquirido el valor de su distracción.
La mano ha renunciado a salvarse.
[Roberto Juarroz]
Soneto CXXVI
Hace 1 año
4 comentarios:
me encanta, la verdad que muchas veces pediria AGARRATE DE MI MANO QUE TENGO MIEDO DEL FUTURO.
No ando con animos como para escribir muucho, asique un beso enorme emi
Justo hoy también leí en otro blog algo de Juarroz. Ese escritor es maravilloso.
Un abrazo y felicidades por el excelente gusto =D
Jajaja, sí. Parece que Juarroz está en un boom. Y nada, gracias por tus buenas vibras siempre que pasas a mi blog.
Un abrazo enorme :D
Jajajaja no no, nada de debilidades. Pasa que ayer fui a una fiesta y me la pasé como nunca. Creo que desde los 5 años no bailaba tanto y con tanta gente a mi alrededor. Voy recobrando confianza en mí y eso me está sentando de maravilla.
Año nuevo, Mengana nueva, vida nueva.
=D
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