Y construí tu rostro. Con adivinaciones del amor, construía tu rostro en los lejanos patios de la infancia. Albañil con vergüenza, yo me oculté del mundo para tallar tu imagen, para darte la voz, para poner dulzura en tu saliva. Cuántas veces temblé apenas si cubierto por la luz del verano mientras te describía por mi sangre. Pura mía, estás hecha de cuántas estaciones y tu gracia desciende como cuántos crepúsculos. Cuántas de mis jornadas inventaron tus manos. Qué infinito de besos contra la soledad hunde tus pasos en el polvo. Yo te oficié, te recité por los caminos, escribí todos tus nombres al fondo de mi sombra, te hice un sitio en mi lecho, te amé, estela invisible, noche a noche. Así fue que cantaron los silencios. Años y años trabajé para hacerte antes de oír un solo sonido de tu alma.
"Las dos categorías de la felicidad son los amados y los amantes, y los que pueden prescindir de amor (que es lo que diría Fray Luis de León: “libre de amor, de celo / de odio, de esperanza, de recelo”). Pero uno siempre prefiere pertenecer a la primera categoría, ¿no?"
"Te ando buscando, amor que nunca llegas, te ando buscando, amor que te mezquinas, me aguzo por saber si me adivinas, me doblo por saber si te me entregas."
"Mi color es el naranja y mi flor la camelia.
Gusto del olor a pasto recién cortado, de las nubes sin formas que atraviesan, raudas, el azul, de las tardes con viento y de las lecturas al sol.
Oculto una tristeza (que no se pasará jamás) y cuando ésta sale a la luz, la distraigo - para que no duela - soplando con furia, dientes de león..."
"También puedo afirmar que me es muy duro ser adulta, con tanta infancia a cuestas; de mi loca inocencia no me curo: a las niñas que fui las llevo puestas."
JAIME SABINES
"Igual que la noche de la embriaguez, igual fue la vida. ¿Qué hice?, ¿que tengo entre las manos? Sólo desear, desear, desear, ir detrás de los sueños igual que un perro ciego ladrándole a los ruidos."
ISMAEL
"Es tan corta la vida y son tantas despedidas llenas de promesas vanas"