sábado, 28 de febrero de 2009

Aviso clasificado



Necesito alguien que me emparche un poco

y que limpie mi cabeza,

que cocine guisos de madre,

postres de abuela y torres de caramelo.


Que ponga tachuelas en mis zapatos

para que me acuerde que voy caminando,

y que cuelgue mi mente de una soga,

hasta que se seque de problemas y me lleve...


Y que esté en mi cama viernes y domingos

para estar en su alma todos los demás días de mi vida.

Y que me quiera cuando estoy, cuando me voy, cuando me fui,

y que sepa servir el té, besarme después y echarse a reir.

Y que conozca las palabras que jamás le voy a decir

y que no le importe mi ropa, si total me voy a desvestir

para amarla, para amarla.


Necesito alguien que me emparche un poco

y que limpie mi cabeza,

que cocine guisos de madre,

postres de abuela y torres de caramelo.


Si conocen alguien así yo se los pido,

que me avisen porque es así totalmente quien necesito.


[Sui Generis]

miércoles, 25 de febrero de 2009

Evocación



Señor,
la lluvia del domingo
es una inmensa bañera
que me sumerge a cámara lenta
en el telón espumoso de sus rizos del sábado.

[Almudena Guzmán]


*

*

*

*

*

Almudena habla por mí porque estoy muda. Sí, yo, justo yo, muda. ¿No es eso raro?, me pregunto. No quiero mover los dedos y derramar palabras, no quiero dejarlo plasmado para que después sea sólo un personaje en el papel. ¿Un nuevo golem?
¡Ssshhh! Eso no. Nunca más.
Propongo este breve intercambio, este canje sutil: mi sequía de letras por sus horas de presencia... ¿aceptará?

lunes, 23 de febrero de 2009

Pensamiento a posteriori (en la hora de la ausencia)

"Yo soy frágil como un cristal
si falta usted a esta cita, mi amor,
si el canto se llena de olvido,
si el recuerdo se va
y ya no ríe conmigo."

viernes, 20 de febrero de 2009

Agarrate de mi mano, que tengo miedo del futuro

Siempre me atrajo la idea del manotazo de ahogado. Tanta agua en derredor, tanta torpe vigilia burbujeante en ese perpetuo pozo, tanta asfixia. Y luego, el acto reflejo, el instinto de salvación, la resistencia quizás. Y la mano extendida... que vuelve a caer.


La mano se extiende,
pero a mitad de camino
la detiene una imagen.
Y se marcha entonces con ella,
no para poseerla
sino tan sólo para entrar en su juego.
La mano ha comenzado a enamorarse en el camino
y así la posesión y el don se le escapan.
La mano ha cambiado su destino
por un vuelo que no es el vuelo del pájaro,
sino un abandono a las mareas que no tienen costa
o a los desequilibrios de una sabiduría diferente.
La mano ha renunciado a su objeto
y ha adquirido el valor de su distracción.
La mano ha renunciado a salvarse.

[Roberto Juarroz]

martes, 17 de febrero de 2009

Amanda (en latín: que debe ser amada)


La amante interroga al amor:

¿sos esto? ¿sos la espera? ¿sos una bifurcación de casualidades?


No recibe respuestas.


Y desespera esperando.




amante 1. (Del ant. part. act. de amar; lat. amans, -antis). adj. Que ama.


casualidad. (De casual). f. Combinación de circunstancias que no se pueden prever ni evitar.






"Voy a quedarme todo el tiempo que haga falta. Estoy esperando la casualidad de mi vida, la más grande y eso que las he tenido de muchas clases. Sí, podría contar mi vida uniendo casualidades…"


[Extracto del film: "Los amantes del círculo polar" de Julio Medem (1998)]

domingo, 15 de febrero de 2009

El camino de regreso, yo te lo recordaré...







He oído decir que a veces se busca el rumbo de regreso sin quererlo encontrar, y como suele sucederme con las palabras que me rondan, estas se terminan inmiscuyendo en mis cuerdas vocales y me instan a gritar: ¡regresé! (pero no quería hacerlo)




















Un vuelve de las vacaciones sintiéndose otro. El problema se presenta cuando a los dos minutos de pisar la ciudad natal, te asalta desde un árbol cercano la sombra del que eras antes.






Así que acá estoy, intentando acostumbrarme a la costumbre acostumbrada.













Para levantar un poco mi ánimo con principio de depresión post receso veraniego, dejo foto de uno de los instantes más bellos de mis días cerca del mar: Ismael cantando una de las declaraciones de amor más perfectas que he oído.













Una pena no llamarme Ana.


















ANA
Ana, es tan corta la vida, y son tantas despedidas llenas de promesas vanas.
Ana, ¿qué será de nosotros cuando caigamos y otros ocupen nuestro lugar?
Ana,
¿dónde será la batalla próxima en que perdamos la guerra contra la soledad?
Ana, volverás a escuchar las piedras que contra tu ventana lanzó la felicidad.
Lanzó la felicidad.
Ana, es tan corta la vida, quizás me vuelva mentira y no te conozca mañana.
Ana, cuando te esconda un abrazo recuerda entonces el año en que forjamos la paz.
Ana, quizás me marche y no vuelva, quizás me muera y no tengas que maldecirme jamás.
Ana, te veo y me declaro culpable de desear tu presencia más que desear la paz.
Ana,
¿qué hago yo con mis canciones, con el manojo de escarcha, con mis ganas de matar?
Ana,
¿qué hago yo con las montañas de papeles que he firmado jurando morir o amar?
Jurando morir o amar.
Ana.


[Ismael Serrano]