miércoles, 29 de octubre de 2008

me abismo, me sucumbo

“Así que olvida este mundo cruel al que yo pertenezco.
Yo sólo me sentaré y esperaré y cantaré mi canción.
Y si me vieras entre la multitud,
tiéndeme la mano y llévame a tu sitio en las nubes.”
Nick Drake








:::
¿A qué este relamerse en el recuerdo? ¿A qué este condenado dolor?
De la exaltación de nuestras figuras a los empañamientos de memoria.
¿No éramos tal como siempre lo imaginamos?
Y caer en el error como en un precipicio.
Ooo
Ooo
Ooo
Ooo
Ooo
Ooo
Ooo
No hay fin. {Si al menos hubiera fin.}
Un desangrarse en lo oscuro. Un nimio atisbo de más ahí…
donde ya no estamos ni
siquiera…
inventados.


:::

sábado, 25 de octubre de 2008

pedigüeña

.
Pidió indiferencia a las horas de frágil coincidencia.
[no hay que vivirlas, hay que evocarlas]
Pidió un puente y el coraje de cruzarlo.
[Deja atrás los minutos naranjas. Arremete, viajera.]
Pidió permiso para salirse de la senda del peregrino.
[rezos agnósticos y altares de sombras]
Pidió. Pidió. Pidió.


Nada obtuvo.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Mutis (por el foro)



"Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.

.

Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor."


Jaime Sabines
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
Los amorosos festejan el triunfo de sus siervos.
Hoy se han vestido de gala para conmemorar un día más de fidelidad. ¡Felicitaciones! Así es como se hace.
Les sonríe gustosa de su aprobación. Sí, el reclutarla les fue muy provechoso. Es digna de pertenecer a esa secta de condenados.
Cuando se presentaron aquella mañana a corroborar su sumisión final, ella estaba tranquila y confiada. Eran veinte años ya de preparación y sólo restaba el paso final.
Sapiente del público que expectante la acechaba, comenzó la función.
En las primeras líneas del monólogo, dibujó la extensión de ese cuerpo: los brazos a la medida de su cintura, las manos exudando caricias exclusivas, la mirada con un dejo de misterio y la boca explotando de besos en su cuello.
No olvidó en el recuento de valerse del metro de rigor, y trazar entre su sombra y ella una frontera de palabras no dichas, una muralla de adioses obligados.
El primer acto concluyó en el desespero de la rendición; la cabeza gacha y las luces tenues hicieron el resto.
Cuando el telón volvió a levantarse, se esmeró en caer en una serie de errores comunes que la llevaron a construirlo ajeno e imborrable: encuentros que nunca eran, preguntas que morían en el precipicio de su boca, distancias insalvables y caminos truncados.
El susurro abrazándose cada noche a su fantasma dormido en el lecho, fue el corolario patético de la representación.
Se inclinó ante los aplausos. Flores cayeron a sus pies. ¡Bravo! ¡Bravo!
Estrépito de amorosos se deshicieron en halagos.
Ya es una de ellos. Y vitorean juntos la gloria de los caídos en el amor.



sábado, 18 de octubre de 2008

en prosa o en verso... da igual

Uno espera. Siempre espera. No sabe bien qué, pero espera.
Durante mucho, demasiado tiempo, creí esperarte. Tener la paciencia de la silla. No defraudarte.
Ahora me doy cuenta que no es así. Sigo esperando, es claro. Pero no a vos.
Lo escribo y temo espantar las certezas. Lo pienso y me espanta la verdad.
Ya no te espero.
Ya
no
te
espero.
Ya
no
.
.
.
No te atrevas a venir ahora.






La última prosa - Lisandro Aristimuño


No sé si esperarte de nuevo
por una mañana o dos.

el jugo en mi sobra es ardiente,
la buena noticia sos vos...
sos vos...

La noche se agota de verme,
quizá es mejor descansar.

Afuera hace frío y es tarde
el hoy del reloj se durmió...se fue.


Y vendrás con una sonrisa
envuelta en la brisa,
y me verás inútil de mente inconscientemente.
yo pisaré tu cama de fosas y no mariposas (usadas)
resolveré la última prosa,
resuelve mis cosas, en soledad

jueves, 16 de octubre de 2008

Domestícame (dijo el zorro)





No siempre es sencillo dejarse domesticar...




[Lo que sigue es el capítulo más renombrado (creo) de "El principito", pero es mi favorito y además, merece leerse (o releerse)]






-¿Quién eres tú? -preguntó el principito-. ¡Qué bonito eres!
-Soy un zorro -dijo el zorro.
-Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-, ¡estoy tan triste!
-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-, no estoy domesticado.
-¡Ah, perdón! -dijo el principito.
Pero después de una breve reflexión, añadió:
-¿Qué significa "domesticar"?
-Tú no eres de aquí -dijo el zorro- ¿qué buscas?
-Busco a los hombres -le respondió el principito-. ¿Qué significa "domesticar"?
(...)

-Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa "crear lazos... "
-¿Crear lazos?
-Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos. Y no te necesito. Tampoco tú tienes necesidad de mí. No soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...
(...)
-Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi vida estará llena de sól. Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mí algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo.
El zorro se calló y miró un buen rato al principito:
-Por favor... domestícame -le dijo.
-Bien quisiera -le respondió el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas.
-Sólo se conocen bien las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!
-¿Qué debo hacer? -preguntó el príncipito.
-Debes tener mucha paciencia -respondió el zorro-. Te sentarás al principio ún poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...
El principito volvió al día siguiente.
-Hubiera sido mejor -dijo el zorro- que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la felicidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré cuándo preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.
-¿Qué es un rito? -inquirió el principito.
-Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra.
De esta manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando eI día de la partida:
-¡Ah! -dijo el zorro-, lloraré.
-Tuya es la culpa -le dijo el principito-, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique...
-Ciertamente -dijo el zorro.
- Y vas a llorar!, -dijo él principito.
-¡Seguro!
-No ganas nada.
-Gano -dijo el zoro- he ganado a causa del color del trigo.
Y luego añadió:
-Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.
El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:
-No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:
-Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.
Y volvió con el zorro.
-Adiós -le dijo.
-Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple :
Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos.
-Lo esencial es invisible para los ojos -repitió el principito para acordarse.
-Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.
-Es el tiempo que yo he perdido con ella... -repitió el principito para recordarlo.
-Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa...
-Yo soy responsable de mi rosa... -repitió el principito a fin de recordarlo.
(Extracto del capítulo 21 de "El Principito" de Antoine Saint Exupéry)

martes, 14 de octubre de 2008

Cae la lluvia en derredor y no me toca...



En los días de lluvia -
Luis García Montero Fragmento


Es tarde.

Uno escribe su vida en un poema,

analiza el amor

y se acostumbra

a seguir como está, junto a tu cuerpo

que quizá me recuerde todavía

desnudo entre las sábanas,

o las noches de lluvia nos confirman

que la vida, posiblemente hermosa,

no siempre es un asunto disponible

y que a veces resulta incluso mucha,

temible como ahora,

mientras que tengo miedo de besarte al azar.


Lo sé. Hemos sido extranjeros

hablándonos por señas demasiado cercanas,

ansiosos en las calles

de una nueva ciudad,

esperando tal vez que nos fotografíen

delante de este amor y de sus cicatrices,

eso que confundimos con nuestros sentimientos

o acaso

-en noches de locura-

con una sensación de humedad en los ojos.


Pero en pocas palabras se resumen

casi todos los días,

sus sílabas contadas en mis versos

y la felicidad.

Tibiamente los años

nos descubren

que nada existe ya sin tu sudor y el mío,

que somos todavía demasiado solemnes

cuando nos sorprendemos

temblando de pasión,

llenos de instinto mal disimulado.

Por eso, mientras llueve,

agradezco tu cuerpo entre las sábanas

y esta pasión desierta

de acariciar tus muslos,

más o menos extraños

y hermosos como un sueño

que acaba de llegar.












{Llueve en el recuerdo.
Y lava
Las heridas que
no quieren cerrarse}






lunes, 13 de octubre de 2008


Esa Señora no es más que una gran farsante. Ha mentido cuando vino y me dijo que me arrancaría tus palabras, como si cortara de tallo la primavera.

En vano intentó usar sus ardides conmigo.

Hoy, como quien viene y abre una ventana de pronto, entraron tus letras arrebujadas de timidez.
“Pasen, pasen. Siempre las espero.”
Y entraron, trayendo consigo mi memoria que nunca, con vos, es de pez.

"Te quiero. Te adoro. Te tiro al inodoro. “

Fue un canto. Fue un susurro. Y fue, de nuevo, la vida.


*****************************************************************************

Aquellas pequeñas cosas - Joan Manuel Serrat

Uno se cree
que las mató
el tiempo y la ausencia.
Pero su tren
vendió boleto
de ida y vuelta.

Son aquellas pequeñas cosas,
que nos dejó un tiempo de rosas
en un rincón,
en un papel
o en un cajón.

Como un ladrón
te acechan detrás
de la puerta.
Te tienen tan
a su merced
como hojas muertas

que el viento arrastra allá o aquí,
que te sonríen tristes y
nos hacen que
lloremos cuando
nadie nos ve.


...................................................................................................................................................................


["Una vez alguien me dijo que los peces no tienen memoria, que en apenas unos segundos olvidan lo que han vivido momentos antes.
La memoria de hombres y mujeres me recuerda a menudo a la de los peces. Hombres y mujeres que olvidan su historia, lo que han sentido. Hombres y mujeres con amnesia, abocados a repetir los mismos errores…” ]

Ismael Serrano

viernes, 10 de octubre de 2008

días que sólo días...

Estoy jodida. ¿Este es el abismo? ¿Este es el fin? Sigo dejando la puerta de mi habitación abierta por si acaso se le ocurre alguna vez aparecer vestido de certezas. ¿Por qué? Why? Por quoi?
No exijo respuestas, yo nunca exijo nada. Nunca pataleo, nunca escupo verdades, nunca maldigo. Eso sólo de vergüenzas para adentro. No, no, no. Nada de mostrar debilidades o de proclamar dolores si duelen de todos modos.
Rebotando, rebotando. Dándome de topes contra la pared como la peor mosca y besando en cada choque su póster technicolor.
Soy la pequeña fábula kafkiana, el torpe ratoncillo que no giraba más allá de sus paredes conocidas. Mal fin tuvo ese roedor por ser intrépido. El gato esperaba detrás y se lo comió sin más.
Creo que en estas circunstancias prefiero alimentar al felino. Mish… mish… mish, ven a comerme de una buena vez. Mátame y termina con mi penar.








JARABE DE PALO - GRITA

Hace días que te observo,
he contado con los dedos,
cuantas veces te has reído,
una mano me ha valido.

Hace días días que me fijo,
no se que guardas ahí dentro,
a juzgar por lo que veo,
nada bueno, nada bueno.

De que tienes miedo,
a reír y a llorar luego,
a romper el hielo,
que recubre tu silencio.

¡Suéltate ya! y cuéntame
que aquí estamos para eso,
'pa' lo bueno y 'pa' lo malo,
llora ahora y ríe luego.


Si salgo corriendo, tu me agarras por el cuello,
y si no te escucho, ­ Grita!
Te tiendo la mano, tu agarra todo el brazo,
y si quieres mas pues, ­ Grita!.

Hace tiempo alguien me dijo,
cual era el mejor remedio,
cuando sin motivo alguno,
se te iba el mundo al suelo,
y si quieres yo te explico
en que consiste el misterio,
que no hay cielo, mar, ni tierra
que la vida es un sueño.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Conversemos


*4

-Ayer me acordé de vos.
-¿Ah si?
-Fue un pensamiento fugaz, surgido por apariciones extrañas que a veces realizás.
-¿Cómo es eso?
-Sí, te veo claramente cruzando una calle. Bueno, quizá no tan claramente, porque obviamente no sos vos. Al menos no el vos real, el de carne y hueso que camina por calles más pobladas y plásticas, que se intoxica de sueños pintados a crayón o que silencia mágicamente las bocinas furiosas que avanzan penetrando su burbuja.
-Me gusta que me veas de ese modo.
-Lo sé. Siempre creí que mi recurrencia en tu vida tenía más bien los tintes de un fetiche. Que de alguna manera gustás de saberme próxima y anhelante… que quizá hay un lazo simbiótico entre nosotros que nos insta a no dejarnos jamás, pese a que no nos asimos de ningún modo.
-Es curioso cómo usas el plural…
-Ah, tenés razón. No hay una primera persona del plural, ¿verdad?... vuelvo a caer en las mismas mañas de escriba fracasada que no puede hilar una trama con otros personajes.
-¿Es que hice algo para convencerte de que esto era real?
-… la iteración, lo cíclico, lo especular.
-¿Qué?
-“Siempre fuiste mi espejo, es decir que para verme tenía que mirarte.”
-No entiendo qué hice.
-Yo tampoco. Y ya no quiero pensar más, no quiero seguir llenando cuadernos con fundamentos, con posibles explicaciones, con errores semánticos, con tu existencia atada con hilo de lana roja, cual collage infantil, a mis renglones.
-Me gustaría saber qué hacer, cómo ayudarte.
-¿Ves una puerta?, ¿un precipicio?, ¿un boquete? ¿Ves algo que te consuma y no me obligue a repetir cual anatema los consabidos versos de Sabines?
- …
-“Hay un modo de que me hagas completamente feliz, amor mío…”








BOLERO
Qué vanidad imaginar
que puedo darte todo, el amor y la dicha,
itinerarios, música, juguetes.
Es cierto que es así:
todo lo mío te lo doy, es cierto,
pero todo lo mío no te basta
como a mí no me basta que me des
todo lo tuyo.
Por eso no seremos nunca
la pareja perfecta, la tarjeta postal,
si no somos capaces de aceptar
que sólo en la aritmética
el dos nace del uno más el uno.
Por ahí un papelito
que solamente dice:
Siempre fuiste mi espejo,
quiero decir que para verme tenía que mirarte.
Julio Cortázar

lunes, 6 de octubre de 2008

Torpeza infantil

De repente, sin mediar la más mínima advertencia, se cuela por mi ventana un raudo recuerdo.

La primera palabra larga que escribí, hace demasiados años atrás, fue MARIPOSA.
Instante curioso de éxtasis y de temor.
Vos estabas al lado mío, y te pusiste contento. Entonces sonreí, pero cuando vos no pudiste con tu palabra larga, creí que te enojarías conmigo y borré mi mayor logro...
Aún me pregunto, si esa no fue la primera de muchas consideraciones para con vos...






Mariposas - Silvio Rodríguez

Hoy viene a ser como la cuarta vez que espero
desde que sé que no vendrás más nunca.
He vuelto a ser aquel cantar del aguacero
que hizo casi legal su abrazo en tu cintura.
Y tú apareces en mi ventana,
suave y pequeña, con alas blancas.
Yo ni respiro para que duermas
y no te vayas.

Qué maneras más curiosas
de recordar tiene uno,
qué maneras más curiosas:
hoy recuerdo mariposas
que ayer sólo fueron humo.
Mariposas, mariposas
que emergieron de lo oscuro
bailarinas, silenciosas.

Tu tiempo es ahora una mariposa,
navecita blanca, delgada, nerviosa.
Siglos atrás inundaron un segundo
debajo del cielo, encima del mundo.

Así eras tú en aquellas tardes divertidas,
así eras tú de furibunda compañera.
Eras como esos días en que eres la vida
y todo lo que tocas se hace primavera.
¡Ay mariposa!, tú eres el alma
de los guerreros que aman y cantan
y eres el nuevo ser que (hoy) se asoma
por mi garganta.

sábado, 4 de octubre de 2008

Paradiso perdutto




La escritura como apero de subsistencia.

Escribo para no olvidar, para no pasar simplemente por la vida, para no ser el triste peregrino cargado de cavilaciones y arrepentimientos.

Cierto día fue la infancia, las horas sobraban y mi mirada reía. Ahí vos, subrepticiamente creciendo a mi lado; como la sombra inevitable cosida a mis pies, como la certeza de alzar la mano y hallar respuesta.

¿Por qué forjamos (perdón, forjé) la creencia de la eternidad? ¿Quién me narró este cuento de princesas liberadas y de amores eternos? ¿Para qué abrirle ahora, el rostro a la realidad?

Ya no somos niños. La recurrencia, la ciclicidad, el sincrodestino, la iteración, el hilo que unía o que enredaba. Los días y su marcha inevitable, yéndose allá, mucho más allá, hacia la nada.

Cierro los ojos y aspiro el pasado que evoco. Todo es mentira.

Por eso escribo...



TIEMPO

(A Olga Orozco)

Yo no sé de la infancia

más que un miedo luminoso

y una mano que me arrastra

a mi otra orilla.

Mi infancia y su perfume

a pájaro acariciado.

Alejandra Pizarnik

miércoles, 1 de octubre de 2008

Principio de incertidumbre




















¿Qué me impulsa a crear un blog?

No lo sé. Quizás es un bálsamo, un remedio pueril para ahuyentar fantasmas.


Escribir para sanar. Para sanarME.

Escribir para escupir frustraciones.

Escribir...





Filosofía barata, diría Charly. Puede ser...


En última instancia, otro principio... de incertidumbre.


Principio de incertidumbre - Ismael Serrano
Puede que las redes traigan
cuellos rotos, negras plumas de cormorán,
que tiemblen los semáforos,
las radios callen y se derrumbe la ciudad.
Puede que te saque de mis brazos tu marido o el despertador,
que te interrumpa el desayuno el vuelo de un B-52.
Puede que todo siga igual.
También puede que no sea así
y encuentres el mercurio
de mi voz empapando tu contestador,
y florezcan los olivos en el valle de Hebrón.
Puede que te queme el hielo, o la luz del televisor.
Puede que te cite el parlamento
y decrete el blanco y negro,
que sonrían ángeles heridos en la sección de sucesos,
que alimentándose de humo se quiebre cual cristal esa mujer.
Que trepe una serpiente por sus piernas infinitas.
Puede ser.
Puede que todo siga igual.
También puede que no sea así.
Quizás banderas blancas tu habitación alumbren
y mi amor esté cerca y los dioses duden.
Y este sea un buen principio, principio de incertidumbre.
Puede que te salves.
Puede que amanezcas conmigo y las espadas se entierren.
Puede que todo siga igual.
También puede que no sea así
y encuentres el mercurio
de mi voz empapando tu contestador,
y florezcan los olivos en el valle de Hebrón.
Puede que te queme el hielo,
o la luz del televisor.
Una posibilidad existe de que amanezcas conmigo
y los cañones se oxiden.